
Como ya contamos en otro post, a los 13 meses realicé el destete nocturno con M. Fue una decisión mía, los continuos despertares cada 30 minutos me tenían agotada y mi cuerpo necesitaba un descanso.
La verdad es que fue más fácil de lo que imaginaba, como dice Arantxa en su post anterior siempre en nuestra cabeza se hace más duro de lo que luego resulta ser.
De esta manera pudimos continuar con nuestra lactancia por el día con total normalidad, y ambos seguir disfrutando de esta bonita etapa.
Con los meses se fueron eliminando tomas casi sin darnos cuenta, tomas que dejó de pedir, como por ejemplo la de volver de la guarde o la de despertarse por la mañana.
Y así llegamos a los 20 meses, donde ya sólo nos quedaba la toma de antes de dormir, una toma que a los dos nos gustaba disfrutar al final del día, donde ambos nos relajábamos antes de dormir.
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