La retirada de pañal de M

Hay una frase muy conocida de María Montessori que dice “sigue al niño” y es cierto que cada niño nos va marcando sus tiempos para todo y debemos observarles y seguir sus señales.

Desde los 18 meses aproximadamente M empezó a querer sentarse en el wc cada vez que nos veía a nosotros. Después de hacerlo varias veces empezó a entender de qué iba la cosa y ya cada vez que le sentábamos hacía algo de pis y rara vez caca.

Al principio era como un juego, si lo pedía al vernos le poníamos y listo y si no pues nada, el caso es que al cabo de unos meses se le fue olvidando y cada vez lo pedía menos, por lo que lo dejamos pasar, me parecía que no era su momento, era demasiado pronto y para él fue sólo un juego de imitación.

 

Llegó el mes de junio, y una semana antes de su segundo cumpleaños le salió una reacción del pañal en los carrillos del culete, lo tenía en carne viva, le escocía mucho y con el pis y el sudor del pañal con el calor le molestaba mucho. Entonces decidí dejarle sin pañal cuando estuviéramos en casa, aunque eso supusiera estar todo el día detrás de él con la fregona en la mano.

Le sentábamos en el baño cada hora o dos horas, y enseguida M empezó a pedirlo y a decirme que no le pusiera pañal. Yo no me fiaba mucho, la verdad, y prefería esperarme 20 días más que quedaba para acabar la guarde, y así relajadamente en casa hacer la “operación pañal”. Pero hablando con una amiga, profesora de su guarde me dijo que era yo la que no estaba preparada, y que si él lo estaba pidiendo no se lo retrasara porque se le podía pasar su momento. Entonces me acordé de eso de los periodos sensibles y de lo importante que es tenerlos en cuenta para el aprendizaje de los niños por lo que nos pusimos manos a la obra.

Empezamos a leer el libro de “¿puedo mirar en tu pañal?” En el que un ratón va mirando en los pañales de sus amigos. Los pañales de cada personaje tienen pestañas y el niño puede ir abriéndolas para encontrarse la sorpresa. Un libro muy divertido y a ellos les encanta.

Como meses antes ya habíamos usado el wc, decidimos no usar orinal. Además, si el fin es acabar en el wc y a él le motiva más hacerlo como papá y mamá, pues nos saltamos un paso, ya que antes o después tienes que quitarlo también. Entonces preferí ponerle un adaptador en el wc con escalones para que él solo pudiera sentarse y así fomentar su autonomía.

Durante las primeras semanas tuvimos algún problema de estreñimiento. M no tenía paciencia para estar sentado en el wc y “esperar a que saliera”, intentamos ofrecerle algún cuento pero no quería, pero poco a poco se fue regulando sólo.

Había leído que les ayuda estar con el culete al aire, pues así no confunden la ropa interior con el pañal y si se escapa lo identifican mejor, además al ser verano era lo más cómodo, y así te ahorras estar todo el día lavando la ropa.

Al principio le ponía pañal para dormir, tanto para la siesta como por la noche, pero al poco tiempo empezó a despertarse con el pañal seco. Al mes o dos meses aproximadamente probamos a quitar el pañal de la siesta, y aguantaba perfectamente 2 ó 3 horas sin escapes.

El de la noche pensabamos aguantarle un poco más, no queríamos presionarle, pero igualmente se levantaba con el pañal seco. A los dos o tres meses aproximadamente, una noche se nos olvidó ponérselo, y cuando se despertó por la mañana y nos dimos cuenta no había habido ningún escape nocturno.

Por la noche si hemos tenido algún escape puntual, quizás 4 o 5 veces, pero entendemos que es algo totalmente normal, entre el poco tiempo que lleva y su corta edad, por lo que no tiene ningún sentido enfadarnos con él ni regañarle. Le decimos que no pasa nada, que se le ha escapado sin darse cuenta y a la noche siguiente le preguntamos si quiere pañal, sólo 1 o 2 veces nos ha dicho que sí, por lo que se lo hemos puesto y al día siguiente al ver el pañal seco él mismo nos ha pedido no usarlo.

Una de las señales que podemos observar, para saber si está preparado para la retirada del pañal, es cuando aprenden a saltar con los dos pies juntos. El control de los músculos de las extremidades inferiores y su correcta coordinación para realizar el salto con los dos pies a la vez, está relacionado con los músculos necesarios para el control de esfínteres. Y es cierto que en nuestro caso coincidió.

Un tema que nos preocupaba era la llegada de la hermanita. Todo el mundo te habla de los pequeños retrocesos en estas situaciones.

En nuestro caso al mes aproximadamente del nacimiento de O estuvo un par de semanas que se lo hacía encima. A diferencia de otras veces que se le había escapado y decía “¡pis, piiiis!, y salía corriendo al baño, durante esas semanas se quedaba de pie con las piernas abiertas mirando como caía el chorro y luego lo pisaba o guarreaba. Intentamos actuar con normalidad, diciendóle que no pasaba nada, que se le había escapado, pero que tenía que tener cuidado y avisarnos, que él lo hacía muy bien siempre, y en breve volvimos a la normalidad.

También fue muy curioso, coincidiendo con la vuelta a la guarde en septiembre, que cuando hacía caca empezó a decirnos que le dejaramos sólo, le llevaramos un cuento y cerraramos la puerta y el nos avisaría al terminar. Nos sorprendió mucho, porque nunca lo había hecho y en casa no había visto a nadie leer en el wc. Entonces preguntamos en la guarde si así lo hacían allí y nos explicaron que probablemente lo había sacado de unos cuentos que les enseñan en clase para los niños que aún tenían pañal, en los que un oso va al wc con un libro, y según su profesora al haber el superado esa etapa se fijaba en el resto de detalles.

A día de hoy, cinco meses después, aún tenemos algún escape de pis si está muy entretenido jugando con otros niños o si no se lo recordamos a menudo y le acompañamos, pero son pocas veces.

Y así hemos superado nosotros la retirada del pañal, como veis ha sido más fácil de lo que pensábamos, pero lo más importante creo que es respetar los tiempos de cada niño y aprovechar sus periodos sensibles, es decir, cuando le vemos interesado en algo hay que explotarlo. No fijarnos en una edad sino en señales que nos hará cada nilo a su debido tiempo.

Rocío.

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