Cuando conocí el método Baby Led Weaning investigué mucho sobre la alimentación complementaria en bebés. Uno de los temas que más me sorprendió descubrir fue la cantidad de azúcar que llevan los preparados habituales para bebés, como cereales, papillas, potitos, incluso la leche artificial o de continuación o los yogures para bebés.
En mi caso decidí prescindir de toda esta oferta de productos para bebé en la alimentación complementaria de mi hijo, ofreciéndole los cereales normales que comemos en nuestra dieta diaria.
Al fin y al cabo, el fin de la alimentación complementaria es prepararles para la alimentación normal durante toda su vida, y los cereales para bebés no es un alimento que utilicemos nadie en nuestra dieta diaria. Por ello le ofrecí directamente pan, pasta, arroz… Respecto a la leche, alargué hasta casi los dos años la lactancia materna y los yogures sigue tomándolos naturales sin azúcar.
Los alimentos ya tienen el azúcar necesario para mantener una dieta equilibrada, como es el caso de la fruta que tiene fructosa o la leche que contiene lactosa. Así cubrimos las necesidades nutricionales de azúcares, y no necesitamos azúcares añadidos. Por ello se recomienda ingerir alimentos simples, no productos procesados, que contienen más añadidos.
La OMS publicó hace tiempo un estudio sobre el consumo diario de bebidas azucaradas en niños. En él se mostraba que el consumo de una bebida azucarada al día en niños de 10 años podía generar 7 kg de sobrepeso al año (más información aquí). Si nos ponemos a pensar, o mirar a nuestro alrededor, multitud de niños toman a diario zumos o batidos que también son bebidas azucaradas. Incluso los zumos caseros, tiene más azúcar que una pieza de fruta entera, que además tiene mayor aporte de fibra y más efecto saciante.
Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud respecto al límite del consumo de azúcar nos habla de azúcar añadido y de azúcar libre, y son recomendaciones de límite de consumo. Es decir, recomienda unos 25 gr de azúcar añadido diario en adultos, pero esto no significa que debamos consumir esta cantidad, sino que es el máximo recomendado.
No obstante, es muy difícil, o casi imposible para nuestro día a día eliminar de nuestra dieta productos procesados. Pero sí es importante que sepamos leer las etiquetas y detectar las cantidades de azúcar añadido que tienen los productos. Te sorprenderá ver algunos que consumimos a diario como el pan de molde o el tomate frito… la cantidad de azúcar que llevan, al igual que la sal, pero eso os lo contamos otro día.
Para localizar el azúcar añadido en los productos procesados lo mejor es revisar al listado de ingredientes y ver si aparece ese azúcar añadido bajo alguno de los nombres que se utilizan: ágave, caramelo, dextrosa, maltosa, jarabe de maíz o sirope de maíz suelen ser los más frecuentes.

Foto de nortesalud.es
También es importante saber la lista de ingredientes de un producto, que siempre aparecen en orden de mayor a menor cantidad, siendo el primer ingrediente el más predominante de su composición y así sucesivamente. Aún así, sabiendo todo esto y teniendo toda la información, se hace muy complicado eliminar el azúcar de la dieta. A menudo nos preguntaremos ¿cómo sabemos que un producto tiene mucha o poca azúcar añadido? Os dejo esta imagen que seguro que os puede ayudar:

Fuente foto: internet
Mucha gente se empeña en ofrecer a los niños sobre todo dulces. Que si chocolate, chucherías, gusanitos… y como yo siempre digo, ¿no puedes ofrecer una fruta? ¡Mi hijo te aseguro que está igual de contento con una caja de frambuesas! Jejeje. Al final es a lo que les acostumbramos, y si ellos lo ven como algo normal y sobre todo, tú le enseñas con el ejemplo, para ellos será lo normal. No digo que no lo tomen nunca, tampoco podemos luchar contra la sociedad. Con 2 años habrá situaciones sociales como cuando están con otros niños o en un cumpleaños en los que habrá dulces. Pues lo come con moderación, como hacemos normalmente los adultos, y usando el conocido lema “no ofrecer, no negar”.
Os recomiendo una reflexión que hizo en su página de Facebook el pasado 30 de mayo Aplicando BLW, en el que hablaba de los niños pobrecitos a los que sus madres no les daban azúcar. Yo me sentí súper identificada, por haber escuchado en más de una ocasión esta frase. Pero creo que es al revés, a mí no me gustaría que en la alimentación de mi hijo no hubiera frutas ni verduras y tomara a diario bollería, galletas y zumos o batidos. Muchas familias no son conscientes de los problemas de salud que esto les puede traer (caries, sobrepeso/obesidad, colesterol, diabetes…) y no enseñan desde pequeños a los niños a tener una dieta equilibrada, lo que de mayor será más difícil.
Como dato curioso, contaros que el pasado 19 de junio, la plataforma sinazucar.org lanzó el reto #70DíasSinAzúcar, con el fin de tener unos hábitos más saludables, al que se unieron centenares de personas. A través de las redes sociales esta plataforma nos muestra productos que consumismos a diario acompañados de una torre de terrones de azúcar que evidencian la cantidad de azúcar que estamos consumiendo, os animo a echarle un ojo, no os dejará indiferente.
Rocío.
La verdad es que cada vez es peor la alimentación que tenemos, por lo que es importante que los más pequeños de la casa empiecen a aprender a comer bien desde muy pequeños. Un saludo!!
Que bien post Rocío. Me ha gustado mucho. Últimamente estoy más interesada en todo esto, pero para mí se está haciendo un mundo quitar el azúcar… pero poco a poco! Gracias por la información
Muchas gracias, me alegro mucho que te haya gustado.
Poco a poco lo conseguiréis, lo más importante para mí es enseñarles a comer de todo y sobre todo en casa mirar mucho la lista de la compra.
Fuera de casa y con otros niños se hace más complicado, pero siempre puedes llevar otras alternativas como dulces caseros y si ellos ayudan en su elaboración mejor😉